martes, 13 de noviembre de 2007

Funky squaredance, funky squaredance, funky... squaredance.

La realidad es que el novio ni siquiera era gordo, pero ya conocemos el pequeño complejo que tenía Jijí con el sobrepeso...

Los días pasaban y Jijí iba de mal en peor. GOW was nowhere to be found y Jijí caía y caía en un espiral de incertidumbre. Una semana después, más precisamente un sábado decidió salir y emprender el camino de la venganza. Salió con su amiga súper-top- comehombres, Mechi, que le dijo:

-Jijí, yo te voy a enseñar cómo tenés que hacer para seducir a un hombre. Está todo en la mirada. Elegís al chico, lo mirás fijo y voilà! Ahí tenés...

Y con está frase se le acercó un chico a Mechi que tampoco era gran cosa, pero...

Jijí se puso manos a la obra y pronto se dio cuenta de que ese juego de las miradas podía ser peligroso. ¡Muchos chicos se le acercaban!

- ¡Mirá vos qué bárbaro! –pensó Jijí- ¡si me viera la gordita compactera ahora! Estoy a full! Uia, ¿pero este quién es? No, no me gusta, mejor miro ya para otro lado antes de que se me complique.

Demasiado tarde, el chico ya se la había acercado y le estaba hablando sin parar:

-¿cómo andás morokia? (sic) ¿Venís siempre a este bolike? (¡¡sic sic sicccccc!!) Sabés que sos muy linda, ¿no?

-jeje, bueno gracias, pero quisiera estar sola, por favor.

-Dale morokia, no te hagas la jodida, vamos a bailar un poquito...

-gracias, pero no, gracias.

Jijí estaba segura que con esa frase el chico entendería el mensaje. Después de algunos tropezones, había aprendido que ser clara era la clave para que el mensaje llegara al otro.... Pero evidentemente no todo era tan simple como se lo planteaba la cabecita de Jijí. El chico no reaccionó muy bien y mirándola de arriba a abajo, le dijo:

-¡Pero por qué no te vas a la mierda, histérica! ¿Quién te creés que sos? ¡si sos más fea que la mierda!

Jijí, no pudo hacer otra cosa que alejarse rápidamente, temía que el chico se pusiera violento... La puta digo -pensó- si sos directa, porque sos directa, si sos sutil, no te entienden ¿Cuál es su fucking problem? Yo me voy de acá ahora mismo.

Always trying to fall asleep to make my way out.

La semana pasó sin grandes altercados. El curso de capacitación docente ya había terminado y la idea era preparar los certificados para entregarlos después del verano.
Jijí cantaba contenta mientras organizaba sus tareas y al mismo tiempo le hablaba a su nuevo compañero:
-When the dog bites and the bee stings... trulala tru laaa! Estoy tratando de organizarme todo porque este finde me voy a Cariló a visitar a mi novio. En realidad en la casa se están quedando sus amigos también, pero él me dijo que estaba todo bien, que no iba a haber ningún problema. Estoy esperando que me llame en cualquier momento.
-Bueno Jijí, me parece excelente.
Lo que Jijí no le dijo fue que el “noviecito” la había llamado el día anterior y cuando le preguntó por el viaje le había contestado que en realidad no estaba seguro, que tenían un problema de “polleras”. Jijí no quiso preguntar más por miedo a que se enojara, pero la historia de las polleras no le cerraba demasiado.
-Mirá simplemente te pido que me llames y te organices porque yo no quiero salir corriendo a última hora. Sabés que me gusta planificar todo con anticipación.
-Sí, nena, ningún drama, yo te llamo, vos tranqui.
Jijí tipeaba con furia mientras recordaba al idiot de su novio. ¿Y si se buscaba otro? ¿Sería posible encontrarse otro? Lo de copiloto en su súper Okm la estaba cansando un poco. Después de todo, el transporte público no era tan malo, sin contar el pequeño intento de robo y un par de toqueteos que se había ligado en la hora pico...

-Bueno, Peter, entonces, the idea sería tener el bolsito listo y salir el viernes a la noche. ¿Qué te parece? No me gusta mucho viajar en micro, me da un poco de miedo, pero puede ser divertido, ¿no?
-Me parece genial, Jijí.

Por más entusiasmada y optimista que fuera Jijí, la realidad mostraba otra historia. Pobre Jijí, esperó en vano la llamada del noviecito, porque ésta nunca llegó... Nadie tenía noticias de él, ni la madre.
Cuando llegó el viernes Jijí no pudo disimular su tristeza. S. le preguntó qué le pasaba.
-No entiendo! ¡Mi novio está desaparecido! ¡Me había dicho que me iba a llamar para que viajara y nada, ni un email!
Jijí no pudo controlar las lagrimitas que se le escapaban de los ojos. Miró la punta de sus zapatos para disimular.
-JIJÍÍÍÍÍ! No llores otra vez! Por favor!
-Ay! No me grites así! Es que estoy muy nerviosa, Hoy a la noche tendría que estar viajando y mirame! Voy a pasarme todas la vacaciones acá.
-Jijí, me parece que es hora de que hagas algo al respecto ¿no? ¿Quién es este nabo que vale tanto? ¿Él decide lo que vos hacés?
-Mirá Jijí –dijo Pedro- Si no querés quedarte encerrada, podés venir a un recital conmigo. Te presento a mis amigos si querés...
-No sé, igual voy a esperar. Tengo un presentimiento de que me va a llamar. Por las dudas me voy a mi casa.

Jijí volvió corriendo a la casa a esperar el ansiado llamado aunque al final ya no tenía ni ganas de viajar, pero algo la llamaba a seguir cumpliendo con su rol de novia obediente. Esperó toda la tarde sentada al lado del teléfono. Mientras esperaba se tomó una chocolatada, se hizo las uñas, se planchó el pelo, chequeó varias veces la línea, pero nada. Se hizo la hora de viajar y el llamado no llegó.
Pobrecita Jijí esa noche se durmió al lado del teléfono. Soñó que su novio volvía pidiéndole perdón de rodillas y que ella le reventaba la cabeza con un bate. ¡Qué violenta se estaba volviendo Jijí! Se despertó sobresaltada por la imagen sangrienta en su cabecita. Estaba decidida. Era necesario reaccionar de acuerdo a los malos tratos del novio. Jijí no iba a permitir que la pasaran por encima una vez más. Como siempre que ocurría en estos casos, la imagen de Scarlett O’hara vino a incentivar su venganza. Se levantó Jijí de la silla y despegándose un fichín del TEG de su mejilla (¿por qué lo habían dejado afuera, ¡la puta!, después las fichitas se pierden...) gritó a quién quisiera escucharla:
-If I have to steal or kill –as God as my witness- I´ll never let “gordito on wheels” dejarme plantada again!!

sábado, 3 de noviembre de 2007

Tongue-tied and useless.

-¡Jijí, tarde o temprano vas a tener que salir del baño! No podés quedarte toda la vida sentada en un inodoro...! –la retó S. Las imágenes de su infancia se esfumaron de golpe, mientras volvía al presente. Sí, era verdad, tarde o temprano tenía que salir. Así que se arregló las medias y salió del cubículo. Su ojos eran un desastre, todos hinchados de tanto lagrimear. Se lavó la cara, se peinó y salió, seria, a enfrentar la situación.
Todos la miraban callados, pero nadie se animaba a decir nada, excepto S., que la observaba con el seño fruncido:
-Jijí no podés reaccionar así, basta de ser tan caprichosa, ahora vas, te sentás y te ponés a trabajar.
-¡Ay, bueno, S., es que vos no entendés, Callejas me gritó mucho! ¡A mí me hace mal que me traten así!
-Me importa un carajo qué te hace mal, Jijí, no podés llorar cada vez que algo te sale mal, ahora, andá a trabajar.
Jijí miró compungida a todos pensando que nadie la entendía. Caminó con sus taquitos hasta su escritorio donde se puso a escribir todos los memos que tenía atrasados. Al rato la llamó su novio que se acababa de despertar:
-Jijí, al final me voy hoy para Cariló porque me llevo el auto, no creo que nos podamos ver, pero cuando llegue te llamo.
A Jiji le importó un pito que su novio se fuera o volviera. Porque no te vas un poquito a la mierda en vez de a Cariló y me dejás de romper las pelotas vos, tus amiguitos y toda tu familia juntos, pensó Jijí. Pero lo único que se animó a decir fue “ok, no te olvides que el próximo fin de semana voy para allá, pero acordate de preguntarle a tus amigos si no les molesta que vaya.”
-Obvio que no les jode Jijí, no empieces a romper con eso otra vez, lo tengo todo organizado, te mando un beso nena.
Jijí sintío una puntada en el estómago, odiaba más que nada en el mundo que le dijera “nena”, pero le daba cosa decirle... Siguió tipeando en la compu toda la tarde: tictictic, estaba compenetradísima en su trabajo cuando su jefe, el Licenciado Nestor, la interrumpió.
-Jijí, te presento a Pedro, él va a trabajar con nosotros. Acá te dejo el curriculum y todo lo demás para que le redactes el contrato.
-¡Hola Peter, bienvenido a bordo!
“Peter” contestó con un tímido hola. Era alto, pálido y flaco. Su pelo era oscuro. Muy oscuro.
Jijí leyó con detenimiento el currículo:
-Licenciado en Ciencias políticas. Ajá. 26 años. Ajá. Signo escorpio. Estoy en todas,¿eh? Es lo primero que me fijo. El signo. Es re importante. Bueno, vení que te muestro las instalations. Este es mi escritorio. Y ese es el de S. Y ese el de Caro. Abajo tenemos la cocinita con el comedorcito, donde podemos almorzar y ver la novela, aunque en este momento, no sé si es una buena idea... Está súper aburrida, jeje. No, bueno, quiero decir, no sé si es una buena idea porque yo tuve unos problemitas con el decano, que si querés te cuento, pero después porque ahora estoy re down, no me siento de ánimo, estoy un poquitín depre por todo lo que me pasó... Que es una estupidez, pero yo soy híper sensible, ¿viste?”
-Ah.
-Vos no hablás mucho, ¿eh? Don´t worry, para eso estoy yo, hablo por todos acá. Jeje. Esta es la máquina de café, podés tomar todo el café que quieras. ¿Te gusta? También te podés comprar bebidas frías y guardarlas en la heladera.

Cuando terminaron de hacer el recorrido ya era hora de irse, así que Jijí tomó su cartera, se peinó un poquito y corrió a la estación para no perder el tren. Estaba un poquitín triste por el episodio del mediodía pero estás cosas pasaban a menudo en la vida de Jijí, así que decidió no seguir haciéndose mala sangre.

El tren estaba repleto. “Perdón, ay perdón, ¿me hace un lugarcito? ¡plis!” Jijí se acomodó entre el tumulto y se tapó la nariz con un pañuelito con olor a colonia La Franco. Estaba agotada y muerta de calor. Mientras pensaba en los pros and cons de irse de vacaciones con su noviecito, sintió que algo se movía adentro de su cartera. “¿Un ratoncito curioso?” sonrió Jijí pensando. No, no era un ratoncito, Jijí dejó de fantasear boludeces y entró en la realidad for a change. Era evidente que alguien estaba tratando de robarle la billetera, pero sin saber por qué, no tenía fuerzas ni ganas de decirle nada, lo único que pudo pensar fue que por más que buscara con ganas, no iba a encontrar la bille porque tenía la simpática forma de un monito, así que le sería difícil reconocerla como billetera... Jijí se sobresaltó. ¡No podía quedarse tan tranquila, así nomás, sin hacer nada, mientras el ladrón, con una carpeta que tapaba sus manos laboriosas, revolvía su cartera! Optó por actuar:
-¡Señor! ¿qué hace? ¡Me parece que me está robando!”
El ladrón no pudo hacer otra cosa que mirarla con seriedad y contestarle:
-Pero piba, ¿dónde mierda metiste la billetera?
-Así, por más que revuelva, no la va a encontrar, así que ¡Basta! ¡Me está robando!
La gente que estaba alrededor la miraba en silencio, sin reaccionar, mientras el ladrón de lo más campante, aprovechó que el tren se detuvo en la estación y se bajó.
¡Jijí se quedó helada de la indignación, roja de bronca, temblando de furia! Le saltaban las lágrimas pensando que tendría que haberlo, al menos, puteado y tuteado...