Rule-man, como le decían en el barrio, era, de acuerdo a Jijí, “un morocho divino, con unos rulos increíbles, súper definidos y una piel oscura espectacular”. Él iba a otra escuela en Belgrano, cerquita de la suya, pero todos los viernes las dos escuelas compartían el campo de deportes en las afueras de Buenos Aires. Jijí esperaba con ansias el viernes: durante todo el trayecto en micro, mientras todos cantaban, gritaban, se reían; Jijí se aferraba fuerte al asiento de adelante, y con los ojos bien abiertos y un fuerte dolor de estómago imaginaba que ese iba a ser el día en el que Rule-man finalmente la vería y se enamoraría de ella.
Pero eso nunca pasaba; él no la veía a ella ni ella a él, o al menos no muy bien, porque para hacer deportes tenía que sacarse los anteojos, así que más de una vez lo confundió con otro. Igualmente su cabecita era lo suficientemente creativa como para imaginarlo corriendo con los rulos que rebotaban al viento y una sonrisa perfecta. Todos los viernes pasaba más o menos lo mismo: empezaban con ilusión y terminaban en una sensación de vacío que Jijí calmaba viendo los capítulos de Beverly Hills 90210 que tenía grabados en vhs mientras comía habanitos de chocolate.
Pero un viernes fue diferente a todos los demás. Cuando entró a su aula a la mañana se encontró con una sorpresa: sobre su pupitre había un sobre pegado con cinta que tenía su nombre. Jijí no pudo evitar la emoción: se tapó la boca con las manos para ahogar el chillido que se le escapó abruptamente:
-Jiiiiii!!! ¿qué es esto? ¡Una cartita! ¿De quién será?
En eso, mientras reflexionaba en voz alta, la gordita compactera, se le paró al lado:
-¿Qué pasa Jijí? ¿Ganaste otro concurso de belleza?
-No exactamente, pero acabo de recibir una carta y creo que es importante, fijate que tiene un corazoncito en cada esquina del sobre.
- ¡Ay, Jijí! ¿Plis, no te das cuenta? ¿Sos tan chicata que no podés ver las cosas como son? Si es una “cartita de amor”, el chico debe estar tan ciego como vos...
-Bueno, eso lo veremos en un minuto, voy a leerla ya mismo.
Jijí abrió el sobre y empezó a leer en voz alta a sus otras compañeras que entre risas, escuchaban asombradas:
La carta decía así:
Jijí,
Ha llegado el momento de contarte algo, yo hubiera preferido haber esperado un tiempo más, pero debido a que como la vida es un camino lleno de sorpresas, no puedo esperar más. Mis padres han decidido mudarse afuera de la capital, nos vamos para zona norte. Vos no te podés imaginar la tristeza que esa decisión me ha provocado, te juro no lo podía creer, terminar la semana con esta noticia inesperada me mató. Si vos supieras ese vacío que estaba sintiendo cuando veía que mis padres me decían que no había marcha atrás en la decisión que habían tomado... tenía unas ganas de llorar que no sé cómo aguanté, fue como si a mi corazón le hubieran quitado las ganas de vivir, me estaban separando de la persona con quién más quería estar, o sea vos...
Imagino que no sabés quién soy. Bueno, yo te veo todos los viernes en el campo de deportes, soy un chico medio flaquito con rulos. Muchos de mis amigos me dicen Rule-man. En realidad me llamo Maximiliano. Vos llamame como quieras.
Esto que te estoy diciendo es muy difícil para mí, pero como ya te dije no tengo otra alternativa. Sos linda, simpática y graciosa. Cuando te veo solo quiero decirte cosas hermosas como, por ejemplo, “tus ojos negros parecen carbón cuando arden en la noche”. Son unos versos que se me ocurrieron. Te estoy escribiendo un poema que pienso darte, Jijí.
Bueno, te voy a dejar tranquila. Sólo espero que este viernes, cuando te vea en el campo de deportes, vos me des alguna señal que indique que sos capaz de sentir lo mismo por mí, aunque sea un poquito.
UN BESO,
¡Chau!
Rule-man
Jijí no podía creer lo que había leído. Estrujó el papel contra su pecho, miró a sus compañeritas y, tras alzar el papel cual antorcha de los fuegos olímpicos gritó:
-¡Sí! ¡Sí! ¡Yo también te amo Rule-man!
martes, 3 de junio de 2008
miércoles, 23 de abril de 2008
Poodle delight
Esa noche volvió a su casa bastante compungida. Si bien la personalidad de Andy no le había atraído del todo, no podía evitar sentir cierto malestar ante su rechazo. Eran casi las dos cuando, mientras buscaba la llave, descubrió a GOW durmiendo adentro del auto. Lo acompañaba su caniche toy, divino, de unos rulitos marrones increíbles, todos armaditos. Lástima que Tico era medio histérico. Tap, tap, tap: Jijí golpeó la ventana del auto pero Gow era de sueño pesado. TAP, TAP, TAP, insistió Jijí. Tico empezó a ladrar furioso, arriba de GOW:
-¡Jijí, nena! Te estaba esperando! ¿Cómo te fue? ¿Piola el yankee?
-Digamos que sí, piola, vamos a ver qué pasa. Igual quiero mantener mis opciones. Estoy viendo. ¿Vos qué hacés acá?
GOW se veía notablemente nervioso, de un saltito salió del auto con Tico. Su cabeza le decía que algo importante tenía que decir, pero no podía definirlo con palabras. Decidió, entonces, ir a lo seguro:
-¿Vamos a dar una vuelta en el auto?
Para no perder la costumbre, Jijí aceptó aunque era evidente que hubiera preferido irse a dormir. Pusieron a Tico en el asiento de atrás -se ponía nervioso cuando estaba Jijí- y partieron rumbo a Villa Devoto y Villa del Parque. GOW quería mostrarle dónde vivía Maradona. Por lo general, los paseos en auto eran bastante silenciosos, así que Jijí se distrajo mirando por la ventana. Avanzaban en medio de la noche por la avenida San Martín cuando el semáforo se puso en rojo. Mientras esperaban Jijí barajaba la posibilidad de taparse las pecas con algún tipo de maquillaje permanente, como el que le ponen a las mujeres que no tienen cejas o labios muy finitos, esas que Jijí veía en las avisos en la parte de atrás de la revista de cable, junto al "antes y después" de la señora celulítica. Jijí estaba a punto de compartir su duda con GOW en pos de establecer algún tipo de diálogo, cuando un golpe seco contra el vidrio del auto la sobresaltó. Dos chicos estaban en la puerta mostrando cada uno un revolver. Por alguna razón Jijí no se puso nerviosa, le veía cara conocida a uno de piel oscura y pelo enrulado; pero no adivinaba de dónde.
-Eh, loco! ¡bajen del auto! ¡¿Dónde tené’ la guita, loco?!
-Ay loco -contestó Jijí-, plis, fue una noche re larga, lo único que me falta es quedarme a pie.
-Jijí, nena, mejor que no hables ahora. ¿Eh, trajiste algo de plata? ¡Porque yo no tengo nada, después de lo del casino... mi mamá... bueno... tipo que me cortó todo, hasta me sacó las tarjetas. ¡Todas, ni una me dejó, re bajón! Es posible que tenga que buscar un trabajo, algo tranqui igual, porque no da volverme loco con un laburo. Pero mientras, te iba a pedir, no sé, un préstamo, algo de cash. Aunque bueno, ahora le vas a tener que dar algo a estos chicos...
-Eh, vo’ gordito, cerrá el pico si no queré’ que te rompa la jeta y dame lo que tengás o me llevo al caniche toy. Rulo, agarrá al perro.
RULO. En ese momento, mientras Jijí observaba la escena con las manos en la cabeza –no porque alguien le hubiera dicho que lo hiciera sino porque lo creía acorde a la circunstancia- tres pensamientos claves se materializaron en la cabeza de Jijí:
1) No era la única que veía a GOW como un gordito.
2) No estaría mal que se llevaran al caniche toy.
3) Y el recuerdo nítido, cristalino, de Rule-man: el chico de Belgrano con los rulos más armados que Jijí había visto en la década del noventa.
-¡Jijí, nena! Te estaba esperando! ¿Cómo te fue? ¿Piola el yankee?
-Digamos que sí, piola, vamos a ver qué pasa. Igual quiero mantener mis opciones. Estoy viendo. ¿Vos qué hacés acá?
GOW se veía notablemente nervioso, de un saltito salió del auto con Tico. Su cabeza le decía que algo importante tenía que decir, pero no podía definirlo con palabras. Decidió, entonces, ir a lo seguro:
-¿Vamos a dar una vuelta en el auto?
Para no perder la costumbre, Jijí aceptó aunque era evidente que hubiera preferido irse a dormir. Pusieron a Tico en el asiento de atrás -se ponía nervioso cuando estaba Jijí- y partieron rumbo a Villa Devoto y Villa del Parque. GOW quería mostrarle dónde vivía Maradona. Por lo general, los paseos en auto eran bastante silenciosos, así que Jijí se distrajo mirando por la ventana. Avanzaban en medio de la noche por la avenida San Martín cuando el semáforo se puso en rojo. Mientras esperaban Jijí barajaba la posibilidad de taparse las pecas con algún tipo de maquillaje permanente, como el que le ponen a las mujeres que no tienen cejas o labios muy finitos, esas que Jijí veía en las avisos en la parte de atrás de la revista de cable, junto al "antes y después" de la señora celulítica. Jijí estaba a punto de compartir su duda con GOW en pos de establecer algún tipo de diálogo, cuando un golpe seco contra el vidrio del auto la sobresaltó. Dos chicos estaban en la puerta mostrando cada uno un revolver. Por alguna razón Jijí no se puso nerviosa, le veía cara conocida a uno de piel oscura y pelo enrulado; pero no adivinaba de dónde.
-Eh, loco! ¡bajen del auto! ¡¿Dónde tené’ la guita, loco?!
-Ay loco -contestó Jijí-, plis, fue una noche re larga, lo único que me falta es quedarme a pie.
-Jijí, nena, mejor que no hables ahora. ¿Eh, trajiste algo de plata? ¡Porque yo no tengo nada, después de lo del casino... mi mamá... bueno... tipo que me cortó todo, hasta me sacó las tarjetas. ¡Todas, ni una me dejó, re bajón! Es posible que tenga que buscar un trabajo, algo tranqui igual, porque no da volverme loco con un laburo. Pero mientras, te iba a pedir, no sé, un préstamo, algo de cash. Aunque bueno, ahora le vas a tener que dar algo a estos chicos...
-Eh, vo’ gordito, cerrá el pico si no queré’ que te rompa la jeta y dame lo que tengás o me llevo al caniche toy. Rulo, agarrá al perro.
RULO. En ese momento, mientras Jijí observaba la escena con las manos en la cabeza –no porque alguien le hubiera dicho que lo hiciera sino porque lo creía acorde a la circunstancia- tres pensamientos claves se materializaron en la cabeza de Jijí:
1) No era la única que veía a GOW como un gordito.
2) No estaría mal que se llevaran al caniche toy.
3) Y el recuerdo nítido, cristalino, de Rule-man: el chico de Belgrano con los rulos más armados que Jijí había visto en la década del noventa.
lunes, 14 de abril de 2008
Comidita
"Up the mountains and through the woods, went little red riding hood, lalalala", cantaba Jijí feliz y segura. Esta noche iba a ser una noche multicultural. Andy parecía un chico inteligente, educado, claro que en el "departamento" comunicativo había algunas fallas, pero después de todo, con GOW también las había.Cuando Jijí llegó al punto de encuentro, Andy ya estaba esperando hacía rato.La conversación al principio fue amena, hablaron de la Argentina, del lomo, of course, y también de otras cositas por demás interesantes. Todo marchaba sobre ruedas, hasta que Andy empezó a decir algunas cosas extrañas. Jijí no entendía mucho, pero su cabecita percibía que, como decía su tía, Andy estaba jugando con diez jugadores, ¿o era con nueve? Nunca se acordaba cuántos había en la cancha. ¿Y se contaba o no al arquero? En fin, Poco a poco Andy empezó a hacer preguntas y comentarios raros:
-Umm, Jiji (él pronunciaba shishi, -lo habrá memorizado mal cuando leyó su nombre en el papelito, quién sabe), ¿en qué ano piensas casarte? ¿En el ano próximo?
- Bueno, sentada o parada -acá las ceremonias son de parada-, me casaré sobre el mío. Otro no pienso tener. ¡Jeje, ay, perdón, qué grosera!
- ¿cómou?- Nada, nada. Bueno, mirá, no lo tenía muy planeado, estaba pensando en tal vez tener un novio, ver qué onda, ¿viste? ¿Por qué? ¿vos lo tenés agendado? ¿Me querés invitar a tu casamiento? Si es en New York, buenísimo, tengo re ganas de ir.
-Iou quierou tener un matrimonio multicultural. El próximo"ano" soy treinta "anos", necesitou tener bebés a treinta y uno anos. I wonder...
-¡Mirá qué bárbaro! ¿Qué tipo de esposa buscabas?
-Es importante que es republicana. Perou es dificil encontrar una combinación de las dos cosas. Necesitou una chica que ama the free world, comou mi país. ¿Entiendes? La democracia norteamericana es un modelo y nosoutros los "free world lovers" -haha, God I love those words- queremos democracia en todou el mundou. Bush también.
-Bueno, yo en mi caso, soy una free shop lover, me encanta el olor del aeropuerto, pero no sé si te entiendo bien. ¿qué querés que haga? ¿Qué te busque una novia?
-Jiji -y acá se puso serio- necesitou una novia, bonita, argentina, republicana, inteligente... Tú y iou hacemos una buena "pajera".
-Mmm, creo que la palabra es pareja, y la j se pronuncia "jjjjjj", gutural, vamos, desde la garganta. (Poco sabía Jiji que dentro de unos años repetiría esta frase incansablemente....)
-Mira Jiji, iou buscou una chica en "JDate", pero es difícil, no encontro, tú eres una buena chica, necesitas un hombre como iou, con dinero, estabilidad...
-No sé qué es JDate y no entiendo por qué me ves tan indefensa, me tapé las pecas para parecer más segura, ¿no se nota?
-JDate-is-the-premier-Jewish-singles-community-on-the-Net.-As-the-modern-alternative-to-traditional-Jewish-matchmaking,-JDate-is-an-ideal-online-destination-for jewish-men-and-women-to-find-friends,-dates,-and-even-soul-mates,-all-within-the faith!-JDate-is-"where it happens!".
-Parece soñado, qué fantástico. Te agradezco la propuesta de matrimonio, es un proyecto interesante. Pero si vos buscás una novia, argentina, linda, republicana, inteligente y judia, hay un problema. Lo de republicana no lo entiendo bien, pero por ahi me puedo hacer. Pero la cosa es que no soy judía...
-JIJI!!! ¿¿¿¿¿Por qué no deciste antes?????
-Ay, perdón, pensé que era mejor empezar por mis gustos musicales...
Andy, parecía molesto, pagó la cuenta, se inventó una excusa y se fue. Pobre Jijí se quedó sola y sin cita. Jijí no se daba cuenta de que en realidad se estaba salvando porque ella en el fondo quería ver que se sentía ser querida y creía que el tontín de Andy era sinónimo de amor... Por eso, una vez más, Jijí no pudo evitar dejar caer una lágrima que corrió la base mate que se había puesto, dejando que sus pecas vieran otra vez la luz.
-Umm, Jiji (él pronunciaba shishi, -lo habrá memorizado mal cuando leyó su nombre en el papelito, quién sabe), ¿en qué ano piensas casarte? ¿En el ano próximo?
- Bueno, sentada o parada -acá las ceremonias son de parada-, me casaré sobre el mío. Otro no pienso tener. ¡Jeje, ay, perdón, qué grosera!
- ¿cómou?- Nada, nada. Bueno, mirá, no lo tenía muy planeado, estaba pensando en tal vez tener un novio, ver qué onda, ¿viste? ¿Por qué? ¿vos lo tenés agendado? ¿Me querés invitar a tu casamiento? Si es en New York, buenísimo, tengo re ganas de ir.
-Iou quierou tener un matrimonio multicultural. El próximo"ano" soy treinta "anos", necesitou tener bebés a treinta y uno anos. I wonder...
-¡Mirá qué bárbaro! ¿Qué tipo de esposa buscabas?
-Es importante que es republicana. Perou es dificil encontrar una combinación de las dos cosas. Necesitou una chica que ama the free world, comou mi país. ¿Entiendes? La democracia norteamericana es un modelo y nosoutros los "free world lovers" -haha, God I love those words- queremos democracia en todou el mundou. Bush también.
-Bueno, yo en mi caso, soy una free shop lover, me encanta el olor del aeropuerto, pero no sé si te entiendo bien. ¿qué querés que haga? ¿Qué te busque una novia?
-Jiji -y acá se puso serio- necesitou una novia, bonita, argentina, republicana, inteligente... Tú y iou hacemos una buena "pajera".
-Mmm, creo que la palabra es pareja, y la j se pronuncia "jjjjjj", gutural, vamos, desde la garganta. (Poco sabía Jiji que dentro de unos años repetiría esta frase incansablemente....)
-Mira Jiji, iou buscou una chica en "JDate", pero es difícil, no encontro, tú eres una buena chica, necesitas un hombre como iou, con dinero, estabilidad...
-No sé qué es JDate y no entiendo por qué me ves tan indefensa, me tapé las pecas para parecer más segura, ¿no se nota?
-JDate-is-the-premier-Jewish-singles-community-on-the-Net.-As-the-modern-alternative-to-traditional-Jewish-matchmaking,-JDate-is-an-ideal-online-destination-for jewish-men-and-women-to-find-friends,-dates,-and-even-soul-mates,-all-within-the faith!-JDate-is-"where it happens!".
-Parece soñado, qué fantástico. Te agradezco la propuesta de matrimonio, es un proyecto interesante. Pero si vos buscás una novia, argentina, linda, republicana, inteligente y judia, hay un problema. Lo de republicana no lo entiendo bien, pero por ahi me puedo hacer. Pero la cosa es que no soy judía...
-JIJI!!! ¿¿¿¿¿Por qué no deciste antes?????
-Ay, perdón, pensé que era mejor empezar por mis gustos musicales...
Andy, parecía molesto, pagó la cuenta, se inventó una excusa y se fue. Pobre Jijí se quedó sola y sin cita. Jijí no se daba cuenta de que en realidad se estaba salvando porque ella en el fondo quería ver que se sentía ser querida y creía que el tontín de Andy era sinónimo de amor... Por eso, una vez más, Jijí no pudo evitar dejar caer una lágrima que corrió la base mate que se había puesto, dejando que sus pecas vieran otra vez la luz.
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